jueves, 19 de marzo de 2009

Los socios de AMLO



Enrique Alfaro / Columna Rumando

Es cuestión de tiempo para que Andrés Manuel López Obrador se de cuenta de que no podrá contener más el oportunismo político del que se ha rodeado. Sus principales socios políticos, los partidos del Trabajo y Convergencia, mantienen su alianza con AMLO en tanto les es redituable en votos que se traducen en jugosas prerrogativas financieras, pero nada más.

Contra lo que sostiene López Obrador, no existe un compromiso ideológico, de honestidad política, de compromiso con los más necesitados, por parte de la dirigencia del Partido del Trabajo y Convergencia. Existe solamente un calculo frío, del beneficio grupal que obtendrán de los votos que pueda arrastrar a favor de ellos el mermado movimiento del Peje.

Mientras en su discurso incendiario Andrés Manuel ha denunciado que los partido Acción Nacional y Revolucionario Institucional son “la misma mafia”, en los hechos sus socios hacen alianzas con el ex partido de Estado y el actual partido oficial.

El Partido del Trabajo se resiste a romper la alianza estatal que mantiene con el PRI en el estado de Nuevo León, pese a la tardía condena e intervención del AMLO. Desde antes de firmar el convenio con el tricolor, los petistas sabían de la oposición de López Obrador al respecto, pero apostaron por “medirle al agua a los camotes” y demostrarle al “legítimo” que no son incondicionales y sí capaces de meter cuantos goles puedan en la cancha lopezobradorista.



En las elecciones estatales para alcaldes y diputados, la mescolanza alcanza grados inverosímiles. Los partidos del Trabajo y Convergencia hacen alianzas lo mismo con el Partido de la Revolución Democrática que con el Partido Revolucionario Institucional.

En el caso del PRD, se ha llegado a extremos vergonzosos. En Guanajuato, el PRD va aliado al PRI en varios municipios y en el estado de Jalisco, en el municipio de La Huerta, con el Partido Acción Nacional. Imagino reunidos a Jesús Ortega y a Germán Martínez, tomados de la mano en apoyo a su candidato común a la alcaldía.

Evidentemente, los partidos alrededor de AMLO están demostrando su verdadera cara: la de franquicias oportunistas. Mientras a nivel nacional se atacan y desgarran las vestiduras tras falsas definiciones ideológicas, a nivel estatal y municipal se asocian, se coluden.

De continuar esta tendencia de los socios pejistas resultarán falsas las expectativas de una numerosa fracción pluripartidista en el Congreso federal incondicional a López Obrador. Los diputados petistas y convergentes que resulten electos pudieran guardar una lealtad frágil a AMLO lo que equivaldría a no tenerla. Y los candidatos perredistas apoyados por López Obrador pudieran ser víctimas electorales de este juego de apoyo lopezobradorista al PT y Convergencia, como la población aprecia en los spot radiofónicos y televisivos.

Mientras Andrés Manuel ofrece un movimiento social comprometido y honesto contra “la mafia” bipartidista que nos gobierna, los partidos que la respaldan se cotizan, se asocian, se coaligan con el PRI y el PAN. ¿Llegará AMLO a una nueva candidatura presidencial con estos socios?