Rumando
Enrique Alfaro
La tragedia sucedida en Chincultik debe asumirse tomando en consideración algunas ópticas que deben incidir en las próximas decisiones del gobierno local.
En lo internacional: Desde el levantamiento zapatista el mundo entero a conocido y denunciado las constantes violaciones a los derechos humanos en Chiapas. Las campañas del gobierno federal para acreditar la búsqueda de una salida negociada con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional devinieron finalmente en desinterés y aparente olvido. Pero al mismo tiempo, los gobiernos priístas y panistas invirtieron gran cantidad de presupuesto para sostener una estrategia informativa internacional que hiciera creíble el respeto a los derechos fundamentales en nuestra entidad. “El gobierno de México respeta de manera irrestricta los derechos humanos en Chiapas” era y es la costosa consigna oficial. Por eso resultó importante para la actual administración federal deslindarse del operativo fatal en las cercanías de las ruinas Chinkultic, pues de esa manera se lavó las manos ante la comunidad internacional, dejando la “papa caliente” al gobierno local.
En lo nacional: Las organizaciones no gubernamentales han logrado denunciar los excesos y omisiones que cometieron algunas autoridades locales. La noticia trascendió, como era natural, las pretendidas cortinas. Los últimos gobernantes chiapaneco han cargado con estigmas por represiones y matanzas. El actual gobierno pudiera no ser la excepción. Sin embargo, esta desafortunada tragedia pudiera resultar una oportunidad para acreditar ante la comunidad nacional e internacional el respeto cabal a los derechos humanos y de esta manera evitar que el estigma persiga al mandatario chiapaneco.
En lo local: Las organizaciones de defensa de los derechos humanos tiene mucho que decir y que abanderar por lo sucedido en Chinkultik. Ignorar estas demandas pudieran contrarrestar los esfuerzos internacionales del gobierno del estado y al mismo tiempo deteriorar la relación con el movimiento social independiente y con el mismo EZLN. Por ejemplo, no se puede presumir una política migratoria ejemplar y al mismo tiempo ser omiso en la defensa de los derechos humanos de las comunidades chiapanecas.
Por tanto, es necesario que el gobierno del estado acredite la defensa irrestricta de los derechos humanos ante la comunidad internacional y nacional y ante el propio gobierno federal. Para liberarse del estigma, es imperioso que se realice una profunda y profesional investigación de lo sucedido, tomando en cuenta la participación tanto de las comisiones de derechos humanos nacional y estatal, y de prestigiadas organizaciones no gubernamentales. Permitir el acceso a toda la información que produzca la investigación pudiera ser peligroso para quienes favorecen el discrecionalismo y la impunidad, pero favorecería la credibilidad y la correcta aplicación de la justicia. La disyuntiva es: cargar el estigma para siempre o aplicar la ley de manera ejemplar, al costo que sea, para hacer justicia a todos los que participaron de algún modo en el enfrentamiento, sean estos pobladores, policías o mandos de seguridad. Juan Sabines tuvo los arrestos de visitar a los deudos del desalojo de Chinkultic, ahora debe continuar ese esfuerzo para hacer justicia, paz y dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario