Juan Sabines, Francisco y Carlos Rojas
Enrique Alfaro / Columna Rumando
La reciente reunión de los gobernadores Juan José Sabines Guerrero, de Chiapas; Ulises Ruiz Ortis, de Oaxaca y Zeferino Torreblanca Galindo, de Guerrero, con el ex legislador federal Carlos Rojas Gutiérrez obligaba a una lectura política que pasó desapercibida para los periodistas locales.
El ex legislador priísta fue integrante de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados y en esa condición participó en la presentación del Programa del Sur, esquema que le permitió coordinar los esfuerzos de los estados durante su periodo legislativo.
Sin embargo, actualmente no se le conoce representatividad oficial que le permita mantenerse como tal. Evidentemente su actual capacidad de convocatoria e intervención en asuntos públicos oficiales le viene por una cuestión filial.
Carlos es hermano de José Francisco Rojas Gutiérrez, actual coordinador del poderosos grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la cámara de diputado, condición que le otorga un coto de poder inmenso en decisiones tan importantes como la distribución del presupuesto federal del próximo año.
Evidentemente Carlos se ha convertido en un importante operador de su hermano, por lo que mantiene una cultivada relación con los gobernadores del sur, independientemente de origen partidista de ellos.
Por su parte los gobernadores buscan a través de él una interlocución directa con quién maneja los hilos del congreso federal, instancia a donde se ha trasladado el poder perdido por el ejecutivo panista en la pasada elección legislativa.
Mucho se analizado sobre la relevancia que cobra la representación priísta en las cámaras legislativas tras la derrota del partido en el poder que vio mermada su representatividad parlamentaria pese a que Felipe Calderón mantuvo y mantiene un índice de aprobación positivo.
El poder acumulado por Francisco Rojas Gutiérrez le permite a su hermano Carlos mantener una vigencia política importante y ser un conducto directo entre quién guarda el control del congreso federal y los interesados en las decisiones que ahí se toman y que repercuten en toda la geografía nacional.
Los gobernadores no pueden resistir una interlocución de tal naturaleza, por lo que abren puertas con quienes tienen en sus manos decisiones fundamentales para sus entidades federativas.
Además Francisco Rojas hace una dupla con el ex presidente del Senado, Manlio Favio Beltrones, de quién fue secretario particular. Así Sabines fortalece sus contactos con Beltrones al acercarse a los Rojas sin depender del diputado Sami David David, que por su condición de precandidato a la gubernatura tiene interés en la sucesión estatal.
Otra lectura sería la del “futurismo político” pues los grupos de gobernadores se reacomodan en función de la próxima sucesión presidencial, donde los Rojas Gutiérrez juegan un papel primordial por su cercanía con el poderoso ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Pero esa es otra historia…
La reciente reunión de los gobernadores Juan José Sabines Guerrero, de Chiapas; Ulises Ruiz Ortis, de Oaxaca y Zeferino Torreblanca Galindo, de Guerrero, con el ex legislador federal Carlos Rojas Gutiérrez obligaba a una lectura política que pasó desapercibida para los periodistas locales.
El ex legislador priísta fue integrante de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados y en esa condición participó en la presentación del Programa del Sur, esquema que le permitió coordinar los esfuerzos de los estados durante su periodo legislativo.
Sin embargo, actualmente no se le conoce representatividad oficial que le permita mantenerse como tal. Evidentemente su actual capacidad de convocatoria e intervención en asuntos públicos oficiales le viene por una cuestión filial.
Carlos es hermano de José Francisco Rojas Gutiérrez, actual coordinador del poderosos grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la cámara de diputado, condición que le otorga un coto de poder inmenso en decisiones tan importantes como la distribución del presupuesto federal del próximo año.
Evidentemente Carlos se ha convertido en un importante operador de su hermano, por lo que mantiene una cultivada relación con los gobernadores del sur, independientemente de origen partidista de ellos.
Por su parte los gobernadores buscan a través de él una interlocución directa con quién maneja los hilos del congreso federal, instancia a donde se ha trasladado el poder perdido por el ejecutivo panista en la pasada elección legislativa.
Mucho se analizado sobre la relevancia que cobra la representación priísta en las cámaras legislativas tras la derrota del partido en el poder que vio mermada su representatividad parlamentaria pese a que Felipe Calderón mantuvo y mantiene un índice de aprobación positivo.
El poder acumulado por Francisco Rojas Gutiérrez le permite a su hermano Carlos mantener una vigencia política importante y ser un conducto directo entre quién guarda el control del congreso federal y los interesados en las decisiones que ahí se toman y que repercuten en toda la geografía nacional.
Los gobernadores no pueden resistir una interlocución de tal naturaleza, por lo que abren puertas con quienes tienen en sus manos decisiones fundamentales para sus entidades federativas.
Además Francisco Rojas hace una dupla con el ex presidente del Senado, Manlio Favio Beltrones, de quién fue secretario particular. Así Sabines fortalece sus contactos con Beltrones al acercarse a los Rojas sin depender del diputado Sami David David, que por su condición de precandidato a la gubernatura tiene interés en la sucesión estatal.
Otra lectura sería la del “futurismo político” pues los grupos de gobernadores se reacomodan en función de la próxima sucesión presidencial, donde los Rojas Gutiérrez juegan un papel primordial por su cercanía con el poderoso ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Pero esa es otra historia…
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