lunes, 10 de noviembre de 2008

El embrujo efectivo (De novela VII)

Embargado por la culpa, Alberto leía las fórmulas que encontraba ocultas en revistas de embrujos que adquiría a escondidas su esposa . “Encienda tres velas rojas, queme sahumerio casero y recite el siguiente poema frente a un espejo expuesto al sol del amanecer: Diosa de la pasión/ concédeme que el amor de mi vida / permanezca amarrado a mi existencia / que abandone a (nombre de la rival) / y olvide por siempre el pasado”. Tiempo después, con la demanda del divorcio en la mano, habría de enterarse que su mujer se había huido con su amante casado.

No hay comentarios: