Enrique alfaro
Con una breve exposición llena de humorismo y crítica al gobierno federal y a su titular, el presidente Felipe Calderón, inició ayer la “Primera Semana de la Caricatura en Chiapas” promovida por el cartonista Arturo Alonso Escobar con el apoyo de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas.
La inauguración del evento corrió a cargo de Carlos Román García, Coordinador Operativo Técnico del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes y de Alfredo Guasp Alpuche, Secretario General de la SMC, quién brindó una lectura humorística y ácida sobre su visión de la política mexicana y sus protagonistas.
Acompañado de los cartonistas Luis Xavier, José Luis, Román Rivas y de Azabache (Alonso Escobar), Guasp expuso los alcances y limitaciones de la caricatura política, de las libertades que se han ganado a pulso en el ejercicio periodístico y de la actual posibilidad de desmitificar la figura presidencial.
El dirigente de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, hijo del conocido caricaturista Ernesto Guasp –que llegara a México con un grupo de exiliados españoles en 1939 e iniciara una destacada carrera en publicaciones editadas en la capital de la república–, abordó con un lenguaje claro los placeres y las dificultades del ejercicio periodístico que realiza y ejemplificó, junto con sus compañeros, los problemas que han enfrentado.
Sobre las delicias del oficio, Román Rivas contó la anécdota de su homólogo Pedro Sol, quién contaba que su sirvienta le decía a su esposa: –Oiga patrona, yo veo que don Pedro se levanta muy temprano y me pide le pase los periódicos que se dedica a leer. Ya que los terminó enciende la radio y escucha las noticias. Luego se pone a ver la televisión para saber que ha pasado en el país y finalmente se pone a hacer dibujitos… ¿qué nunca va a trabajar…?
Sobre las dificultades, Guasp Alpuche narró la historia del rapto de la hija del caricaturista de Excélsior, Oswaldo Sagástegui, luego de que publicara cartones críticos contra la entonces titular de la procuraduría del Distrito Federal. Tras la liberación de la secuestrada, el ilustrador tuvo aún que padecer robos en algunas de sus propiedades.
En la ronda de preguntas y respuestas, los asistentes se interesaron en conocer de la calidad de la caricatura mexicana en comparación con la del resto del mundo, cuestión que unió el criterio de los caricaturistas presentes quienes exaltaron el profesionalismos alcanzado por grandes ilustradores mexicanos como Posadas, Cobarruvias, Naranjo, Helioflores, etcétera.
Alfredo Guasp Alpuche, confió a los presentes su propósito de contender por la presidencia de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, organismo próximo a renovar su dirigencia, e invitó a los jóvenes interesados en este género periodístico a acercarse al Museo de la Caricatura de la Ciudad de México, espacio donde se comparte el conocimiento sobre este gozoso oficio.
Guasp recibió de manos del presidente Ernesto Zedillo en 1998 el Premio Nacional de Periodismo, junto con el chiapaneco Marco Aurelio Carballo y a la fecha ha acumulado otros reconocimientos.
Por su parte Román Rivas anunció que aún hay espacio en el taller interactivo de dibujo y caricatura que imparte en las instalaciones de Centro Cultural Jaime Sabines, institución donde se continuarán desarrollando las conferencias matutinas de los caricaturistas de medios impresos en la capital de la república.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario