Enrique Alfaro / Columna Rumando
Un manto de silencio permanece sobre los diputados locales y dirigentes partidistas en la entidad de frente a la actual discusión nacional sobre la agenda democrática luego de que promovieron inicialmente en el congreso local una reforma que cancelaba la realización de elecciones para legisladores y alcaldes.
Los partidos políticos en la entidad se encuentran ausentes del debate nacional propiciado por el mandatario Felipe Calderón al proponer una reforma política que abre causes a la participación ciudadana y acota a las cámaras legislativas y a los partidos políticos.
Es posible que la razón sea simple: En Chiapas, han limitado la participación ciudadana, han otorgado poderes extraordinarios al congreso local y han promovido el estatus quo de sus propios partido. En pocas palabras, lo aprobado por los partidos políticos en la legislatura local va en contrasentido a la propuesta del mandatario federal.
Hoy la situación de diputados y dirigentes locales es incomoda pues de participar en el debate se ubicarían en la condición de “farol de la calle, oscuridad de su casa”.
¿Podría algún diputado o dirigente local atreverse a proponer a la Presidencia de la República y al Congreso de la Unión que retomen como valederos los argumentos con que aprobaron la cancelación inicial de las elecciones de diputados y alcaldes?
¿Podrían sostenerse que la lucha contra la pobreza justifica plenamente el que se limite la participación ciudadana al grado de evitar el sufragio popular para elegir sus autoridades; y que el acuerdo de los diputados locales es suficiente para resolver la composición total de los nuevos ayuntamientos; y que basta la legitimidad los partidos para garantizar la gobernabilidad en la entidad?
Es de entenderse que si los diputados locales votaron convencidamente a favor de esta propuesta, inicialmente suya, puedan defenderla con inteligencia. Entonces ¿qué esperan?
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Según una nota del diario Cuarto Poder, el ex senador y ex diputado de república, Rutilio Escandón, declaró que si viviéramos en un país democrático, el decálogo de Felipe Calderón sería viable, sin embargo, lo único que se puede esperar con la aprobación de este paquete es incrementar la corrupción en las campañas electorales.
En una solitaria y extraña declaración —por sincera—, aseguró que los recursos de los gobiernos Federal, Estatal y Municipal, irían dirigidos a los candidatos de las autoridades en turno, lo cual sería un retroceso para la democracia en México.
Entonces, si los partidos políticos y los políticos electos a través de ellos no garantizan la democracia, ni el uso honesto de los recursos públicos federales, estatales y municipales ¿Porqué no abrir cause en las elecciones a los ciudadanos sin partido?
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