Enrique Alfaro / Columna Rumando
Sobre el lamentable inventario alrededor de la gubernatura de Chiapas en el que menciono que el número de mandatarios que llegaron por la vía del voto directo es cuatro veces inferior a los que asumieron bajo otras figuras contempladas en la constitución local —desde la federación a México hasta la actualidad—, me han llegado algunos comentarios respetables como el de Griselda Pérez Robles que me dice que “la estadística señala, la falta de oficio político y también ciudadano”, cuestión en la que le doy toda la razón.
Al respecto, Armando Cortes Rueda coincide en que “los niveles culturales de nuestra clase política expresan el nivel de desarrollo de nuestro pueblo. Lo que es abajo es arriba, o viceversa: Hermes Trimegisto.”
Para el reconocido cuadro priísta “lo que se vende, no tiene carácter de ciudadanía, pero es lo que decide en formaciones sociales atrasadas como la nuestra donde hasta un burro puede ser legislador, gobernante o periodista”, aserto que comparto con cierto rubor.
Para Cortés Rueda: “Donde gana el que tiene el aparato o todo el dinero, no pueden gobernar las gentes decentes, las más capacitadas y menos los que asumen la vida con valores y la política como instrumento de servicio, no hay que pedirle nueces a los sabinos ni peces al Sabinal.”
Y en referencia a la relación de aspirantes a la gubernatura que mencioné en dicho artículo, agrega que “los nombres que barajas no son los únicos, al menos en el PRI puedes sumar a Arely Madrid, a Roberto Albores Gleason y como en política no hay muertos, a Sergio Lobato y hasta a Roberto Domínguez Castellanos.”
“Lo predecible es que a nuestro candidato a la gubernatura lo pondrá el que sea el amigo del candidato a la presidencia, así que comienza a ver nexos de cada uno de ellos y puedes hacer escenarios diversos donde la edad y el nombre contarán”, me asegura.
“Otro dato interesante, ya todos los gobernadores son de menos de 40 o 50 años, porque el 60% del electorado tiene 35 años y menos”, apunta.
Sobre las posibilidades de otros candidatos y las alianzas, Armando lamenta que “Rutilio (Escandón) no tenga posibilidades porque en su partido el propietario que decide no lo escucha, ni lo ve, ni lo contempla y, por demás, si el PRI gana el 2010 a pesar de la coalición, la gubernatura la podrá ganar cualquiera de los que enlistas o de los que sumo.
“En todo caso, la lucha (si el PRI no ganara las diez en juego este año) será entre el PRI y el PAN, porque el PRD está tirado en el piso, arrodillado, secuestrado y obligado desde el 2009 a hacer crecer al PAN en el estado y ahora en el resto del país porque los Chuchos quieren preservar a la ultraderecha y el clero en el poder, siendo ellos los socios principales.
“Aparte de incongruencia y miedo de ir solitos contra el PRI, ¿qué otra cosa significa la coalición de la izquierda apoyando a la alta burguesía a sumar competitividad para seguir en el poder presidencial?"
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