lunes, 11 de enero de 2010

El año de los cálculos y de la sensibilidad

Enrique Alfaro / Columna Rumando


Apenas se inauguró el presente año y la actividad político electoral se hizo presente en todo el país.
Los partidos se encuentran convocando a sus instancias de dirección para analizar la mejor manera de enfrentar las próximas jornadas.
Los grupos políticos afinan sus estrategias para consolidarse con candidaturas diversas.
Y se inician los cálculos en doble sentido: El que obliga la ingeniería electoral y el de la sensibilidad política que no resuelve la estadística de los procesos. Matemáticas y sentido de la oportunidad juntos, indivisibles.
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Las leyes electorales obligan a los partidos a declarar con anticipación su intención de coaligarse por lo que desde estos tempranos días de año se discute y trascienden las posibles alianzas que se darán en las entidades que celebrarán elecciones.
Todas estas alianzas finalmente obedecerán no sólo a la lógica local sino también a la nacional de cara a la carrera presidencial en curso.
Los grandes partidos nacionales que antes se constituían en polos alrededor de los cuales se agrupaban otros partidos ya no operan necesariamente así; ahora, son los pequeños partidos los que se cotizan en las alianzas.
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Podemos organizar en dos grandes bloques a los partidos “pequeños”: Los que se orbitan alrededor de Andrés Manuel López Obrador y de quién resulte finalmente candidato del disminuido Partido de la Revolución Democrática; y los “agentes libres” que pueden aliarse tanto con el PAN, PRI o PRD.
En los primeros se encuentran los partidos de “izquierda” como el PT y Convergencia, que mantienen una alianza de sobrevivencia con el PRD y el movimiento lopezobradorista.
Los segundos son los partidos Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, que sin problemas de definiciones ideológicas actúan como “comodines” con posibilidades de aliarse con Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.
Este último grupo de partidos indefinidos, en lo que a geometría ideológica corresponde, jugará un papel fundamental en los ensayos previos a la elección presidencial, es decir en los procesos del presente año.
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En Oaxaca, por ejemplo, se busca una alianza total contra el PRI. El Consejo Político perredista aprobó establecer una alianza no sólo con el PT y Convergencia, sino también con el PAN y Nueva Alianza. El Partido Verde podría entonces aliarse con el tricolor.
Las alianzas PRD y PAN también podrían ser posibles en Durango e Hidalgo, con personajes afines al perredismo. En Tamaulipas por el contrario, el candidato podría ser un “ex amigo de Fox” más cercano al PAN que al PRD que impulsa su postulación.
Lo verdaderamente curioso de este caso es que el PVEM y el Panal discuten apoyar al que resulte candidato por el PRI, lo que resultaría un “experimento” interesantes sobre el comportamiento del voto con dos polos extraños: Por un lado la izquierda y la derecha en apoyo a una candidatura común y el PRI en alianza con los partidos “comodines”.
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Estas inquietudes aliancistas pronto llegarán a Chiapas. En el pasado proceso electoral de 2006 se aliaron el PRI, PVEM, PAN y Panal que fueron derrotados por el PRD, PT y Convergencia.
En 2007, en las elecciones municipales se dieron las alianzas más diversas e increíbles entre los partidos, pero prevalecieron las coaliciones entre el PRI y PVEM, el PAN y Panal, y el PRD con PT y Convergencia.
En la pasada elección federal el PAN compitió solo y el PRI y PRD repitieron sus alianzas “naturales”.
De tal manera que en cuestiones de alianza los chiapanecos estamos curados en salud, pero nuestra capacidad de sorpresa podría demostrarse una vez más. Esperemos…
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Hoy (martes) reinicia el alcalde Tuxtleco, Jaime Valls, las audiencias públicas. Si desea hacer un planteamiento sobre los servicios públicos, e incluso sobre microcréditos o asesoría jurídica, todo esto en el ámbito de la competencia del ayuntamiento, asista de 9:00 a 13:00 horas.

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