Enrique Alfaro / Columna Rumando
En la búsqueda de su permanencia en el poder el Partido Acción Nacional ha entrado en una espiral de conflicto interno. El partido que fue concebido por sus fundadores como un instrumento de oposición, no de gobierno, se niega a regresar a sus orígenes doctrinarios los cuales abandonó al ejercer el poder presidencial.
Hoy dos visiones dominan su quehacer político. Por un lado, los pragmáticos que desde el liderazgo panista se niegan a entregar la presidencia de la republica de manera anticipada sin batirse en duelo y por el otro, los que en aparente defensa de la doctrina panista se oponen a las alianzas de su partido con la izquierda.
Entre los primero están los que promueven coaliciones con la izquierda partidista, aunque esto signifique aliarse con movimientos sociales y sindicales, como sucede en Oaxaca.
Estas tendencias como la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, la sección 22 del magisterio democrático y el movimiento insurgente en esa entidad, pusieron en jaque al gobierno foxista, lo que asusta al actual titular de Secretaría de Gobernación que debe poseer información privilegiada de lo que significaría la llegada al poder de estas corrientes parapetadas en el Partido de la Revolución Democrática.
Sin embargo, para la actual dirigencia nacional panista esto es preferible antes que aceptar impotentes el triunfo arrollador de la maquinaria electoral priísta en las elecciones del presente año, lo que pavimentaría la llegada del tricolor a la presidencia de la república en 2012.
Del otro lado se encuentra el responsable de la política interna que enfrenta la rebelión priísta en las cámaras legislativas que amenaza con acotar aún más el reducido margen de poder y gobernabilidad del presidente Felipe Calderón.
Se suman a esta posición supuestos defensores de la doctrina panista contrarios a las alianzas con quienes pretendieron derrocarlos tras la elección presidencial del 2000 y que actualmente promueven leyes a favor del aborto y el matrimonio entre homo genéricos. Y digo “supuestos” porque es Diego Fernández de Ceballos la cabeza visible de esta inconformidad. Como político el ex candidato presidencial panista ha sido beneficiado desde los gobiernos priístas, por lo que no le inconforma el regreso del tricolor al poder presidencial.
En la lógica de secretario Fernando Gómez Mont y la de Fernández de Ceballos pareciera ser preferible una sucesión pactada con el PRI, antes que el fortalecimiento de la izquierda mexicana y sus liderazgos.
Un acuerdo de la presidencia panista y del PRI podría dar como resultado una elección presidencial tersa en la que el blanquiazul resultaría la segunda fuerza con la que se cogobernaría, fortaleciéndose el esquema bipartidista y la marginación de los liderazgos de la izquierda.
Es por la prefiguración de este escenario que algunos ven la sombra del inefable ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Lo cierto es que la gran sacrificada es la doctrina que sostenían los fundadores del PAN que se proponían, más que alcanzar el poder, “cambiar la cultura política de los mexicanos, impulsar la democracia y procurar que el ejercicio de gobierno estuviera apegado a la ley y a valores éticos”.
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Ayer celebró su onomástico el periodista Miguel González Alonso y hoy cumple años don Pedro López Ayanegui, quién debió suspender la reunión convocada por motivos de fuerza mayor. Nuestro abrazo y felicitación a ambos amigos.
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Este próximo martes 16 de febrero los partidos políticos deberán comunicar al Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana su propósito de coaligarse en el presente proceso electoral. Las “cartas de intención” no son camisas de fuerzas, por lo que los partidos podrán finalmente concretar o no las alianzas anunciadas, pero ninguna que no haya sido notificada el IEPC prosperará legalmente. De cualquier manera se dibujará las intenciones que pudieran prevalecer en el proceso electoral local.
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Sobre mi columna pasada, recibí los siguientes comentarios:
Sergio Arturo Stahl Espinosa: El PRI sigue vigente gracias a que la mayoría de los mexicanos llevan a un priísta dentro, aunque lo nieguen. Es el resultado de 70 años de corrupción y latrocinio, un modo de ser nacional que llevara añales cambiar.
Roberto Chanona: Así es mi estimado brody. Nuestra historia es una historia de caudillos, esos son nuestros héroes, que luego se convirtieron en ladrones de cuello blanco... o sea, en priyistas!
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El columnista Pépe López Arévalo escribió hace unos días sobre los sueldos de diversos funcionarios de los poderes federales del país, por lo que recibió muchos comentarios en su mayoría críticos de las cantidades insultantes que cobran estos servidores. Nos sumamos a la indignación.
Sin embargo es necesario aclarar que algunos de estos sueldos no son asignados directamente por los interesados, sino están establecidos en la ley.
Por ejemplo, este es el caso de los consejeros electorales que no deciden su sueldo. La cantidad está establecida en la reglamentación correspondiente aprobada por los legisladores federales.
Si la cantidad es exagerada, como creo que lo es, hay que reclamarles a los diputados quienes fueron los que decidieron la fórmula para establecer la remuneración de los integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral.
Por cierto, pese a estar establecido en la ley, los consejeros cobran menos violando la legislación vigente a exigencia de los diputados que se atrevieron a criticar lo que ellos mismo aprobaron.
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