jueves, 13 de marzo de 2014

Columna HOJA DE APUNTES

EL VERDE INVERSO 
Enrique Alfaro
En un proceso político que pareciera inverso, el Partido Verde Ecologista Mexicano se construye en Chiapas luego de ganar la gubernatura.
Recordemos que el PVEM inició su verdadero crecimiento bajo el liderazgo del joven político Manuel Velasco Coello, pero como institución partidista llegó a la gubernatura sin contar con la fuerza suficiente.
Correspondió al Partido Revolucionario Institucional sumar los votos necesarios en la alianza que encabezó Manuel Velasco Coello para afianzar un triunfo sobrado.
En su oportunidad, el arrastre político del güero no correspondía con la moderada fuerza de su partido. El PVEM sólo no garantizaba el triunfo de una candidatura a la gubernatura, por lo que se construyó una alianza con el Partido Revolucionario Institucional.
En la actualidad, el partido verde, que permanece sin un liderazgo formal y estatutario, debe construir su propia fortaleza para corresponder a las necesidades políticas de su líder natural.
Esta circunstancia explica ahora el intenso y tolerado activismo de líderes no formales que se han hecho muy visibles. Pareciera que a la usanza priísta se construyen lo que asemeja a los sectores del verde:
Leonardo Rafael Guirao trabaja el sector popular y su activismo es tan incesante como incierto en su efectividad.
El sector campesino pareciera ser atendido por otra asociación civil “verde”, de manera menos ruidosa.
En el caso de la capital, donde se concentra gran parte del electoral, es indiscutible la labor avanzada y masiva del diputado Fernando Castellanos Cal y Mayor.
Seguramente otras cabezas se harán visibles en los próximos meses en el propósito de hacer del partido verde una efectiva fuerza que sea de verdadera utilidad al gobernante de cara a las próximas elecciones municipales intermedia.
El verde debe de construirse de manera pronta para ser un contrapeso, un equilibrio a la fuerza del PRI, pues aunque exista una alianza entre ellos, no sería conveniente para Velasco el debilitamiento de su partido.
Por el contrario, el PVEM en Chiapas debe de prepararse para contender sólo si fuese necesario, por lo que la alianza con el PRI podría ser parcial, disminuida, y no total en todo el estado en el próximo proceso.
Incluso, no sería nada extraño que el verde acrecentara su fuerza a costillas del tricolor, como ha sucedido hasta la fecha.
El activismo de quienes tienen la tarea de construir un partido verde para gobernar en lo futuro continuará tan visible y ostentoso como sea necesario.
La proclividad a la promoción personal de quienes les ha sido encomendada la tarea en comento es un efecto heredado, pues todos creen si la receta funcionó con su líder, funcionará con ellos.
Por lo que se ve, la lealtad de gobernador Manuel Velasco a su partido nunca ha estado en duda, en un océano dónde los políticos se distinguen por ser chapulines.
El riesgo previsible de todo lo anterior es que se construya fuerza sobre la base de candidatos populares y no sobre verdaderas estructuras municipales y regionales. Los candidatos pueden hacer ganar al verde, pero sin ellos el partido podría ser un fantasma, una quimera.

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